A lo que fue y ya no es

Encuentran miradas (des)conocidas, 
fragmentos de mí que ya no tienen lugar.

Sonrío y saludo a su mirada.

¿Cómo les puedo contar que en mi morada, 
ahora hay fuego y calidez? 
¿Cómo poder contar que 
he reparado las goteras 
que causaron mi inundación?

Pero me alejo porque comprendo,
que mi dicha es sólo dicha, 
por la ausencia de lo que fue. 

Y es que las flores que me habitan, 
sólo pudieron ser, 
cuando dije adiós a las tormentas 
que me impedían florecer. 
¿Como pedirle al vendaval 
que sea testigo de lo que su partida creó?

Ahora escribo con amor a mis heridas.
Escribo con ternura a lo que puede ser.
Abrazo la paz que me han vuelto, 
desde que lo que era, ya no es.

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